Vamos a aprender a hacer una salsa que tiene muchas aplicaciones y es realmente muy fácil y alimenta una barbaridad (engorda, que le vamos a hacer!). Pertenece a esos platos de los que ya hemos hablado, en los que se hace la salsa por un lado y una preparación o un alimento, por el otro, que luego se unen con lo que tenemos muchas combinaciones. Aquí va la primera para esta maravillosa salsa de origen francés.
Primero hablaremos de nuestra salsa, la Bechamel, que también podemos llamar o besamela o salsa blanca. Es fácil, muy fácil, y si tenemos una Termomix, entonces, ya no podemos negarnos, te pueden detener por eso.
Pero olvidémonos de los aparatos y vamos a las bases, echamos una nuez de mantequilla en una sartén caliente y la harina. Le damos vueltas con una cuchara de madera hasta que adquiera un ligero toque dorado (esto quita el sabor crudo de la harina), y empezamos a echar la leche caliente poco a poco y revolviendo cada vez hasta que se disuelva, esto evitará los grumos, mantenemos un fuego medio y seguimos así hasta terminar la leche y que la bechamel coja la consistencia que queremos. La sal, un toque de pimienta y algo casi imprescindible, la Nuez Moscada, ralladita con elegancia, es ese toque que te hará destacar sobre otros aburrid@s cocineros. Si la queremos más liquida, más leche y la queremos más densa, más tiempo dando vueltas.
Para el plato de hoy ni liquida ni densa, consistencia media. Ingredientes,
La salsa | El relleno | |
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Vamos allá…
Cocemos los huevos 12 minutos en agua hasta que estén Duros a lo Clint Eastwood, los reservamos y los pelamos, los dividimos por la mitad y le separamos la yema, procurad que no se rompan, hay que rellenarlos!
(Zaragallada) Salteamos la cebolla en la sartén a fuego suave y después le añadimos el atún y el resto de los ingredientes, salvo las yemas, removemos hasta que se ligue todo, le damos un hervor, lo sazonamos con Perrins y NO echamos sal. Apagamos el fuego y le unimos la mitad de las yemas desmenuzadas, le da un toque de color!
En una fuente para horno, ponemos los medio huevos y los vamos rellenando con la zaragallada esa que hemos preparado con tanto cariño y finalmente lo cubrimos todo con la Bechamel y rallamos el queso por encima, lo reservamos todo y veinte minutos antes de comer lo gratinamos.
Después lo retiramos del horno, le añadimos el resto de las yemas por encima (un toque amarillo muy profesional) y lo servimos.
Ojo cuando lo sirváis en la mesa y la prueben! A veces hay desmayos! ;-).